Hoy, gracias a este texto de Isabel del Río Sanz, os quiero hacer reflexionar sobre los Sueños.
Qué importantes son ¿verdad?
No sé para vosotros, pero para mí los sueños, mis propias metas, son los que me hacen tener ganas de seguir adelante, en pie, luchando, sin dejarme vencer, sea como sea el días tras la ventana.
Puede amanecer gris y nublado, pero si tenemos sueños, si tenemos una meta por la que luchar, estoy muy segura de que haremos todo lo posible para convertir nuestro mal día en un buen día, en una jornada mágica.
¿Habéis reflexionado sobre vuestros sueños? ¿Sobre la voz interior que poseen?
Isabel sí, y lo hace de esta bonita manera...
La voz interior de nuestros sueños
Nuestra voz interior sabe hacia dónde nos dirigimos, en realidad sabemos quiénes Somos y no necesitamos que nadie nos enseñe a serlo. Pero con el tiempo y el "ruido" nos desconectamos de ella, cada vez habla más bajito hasta que parece haber desaparecido, pero nunca lo hace. Sólo necesitamos escuchar y estar atentos, aunque hacerlo no es tan fácil, porque significa ceder el poder, arriesgarse, creer y ser coherente con uno mismo.
Nadie va a resolver tus problemas ni va a realizar tus metas. Decir que los demás son culpables de no hacer lo que queremos hacer es la gran excusa. Pero los únicos responsables de hacer aquello que queremos hacer somos nosotros mismos. Todos hacemos lo mejor que podemos en cada momento, no hace falta culpabilizar, pero cuando algo no sale bien, estudiemos nuestros pasos.
Trátate a ti como te gustaría que los demás te tratasen.
Lo importante no es llegar a nuestros sueños, sino el camino que recorremos, la dirección que tomamos y qué nos ocurre durante la travesía.
¿Qué os han parecido las palabras de Isabel?
Lleva razón o ¿no?
Y vosotros... ¿Tenéis un sueño? ¿Ya estáis luchando por él?
Desde este rincón de sombras y palabras, os invitamos a que luchéis y os dejéis la piel en todos vuestros sueños. El camino hacia la meta os hará reconoceros, reencontraros y descubrir una faceta de vosotros mismos que, quizá, de otro modo, no descubriríais...
¡Un abrazo umbrío!
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