11/11/15

PENSAMIENTO FILOSÓFICO III

¡Queridos soñadores!

Hoy regreso con un nuevo pensamiento filosófico, un poco más extenso que los anteriores, en los que las palabras de Isabel del Río, nos harán reflexionar y a la vez nos servirán de bálsamo para entender el mundo un poco más, y por consecuencia: entendernos a nosotros mismos.

¿Existen las personas buenas?

¿Somos realmente buenas personas?

¿Qué pensáis vosotros?


Pensamientos filosóficos III

Las personas de buen corazón existen. Después de crecer acorralada por el egoísmo, la envidia y las luchas de poder, es curioso el darte cuenta de que realmente hay personas buenas, aquellos a quienes no les importa tu pasado ni tu futuro, sino quien eres en ese momento, y a pesar de que lleves mala cara, ropa ajada o reniegues más de lo necesario, te sonríen porque ven más allá, porque pueden atravesar esa capa de melancolía y amargura para reconocer quién eres, aunque tú todavía no lo sepas.

Es cierto que en el mundo y en la época en la que nos ha tocado vivir, usualmente damos con más corazones hambrientos y envidiosos que aquellos que están colmados de amor y, por ese motivo, no necesitan nada más. Es verdad, no puedo negarlo. Pero también es cierto que sólo es necesario un buen corazón para cambiar tu vida y que la luz ilumine tu sendero.

La gente cambia, sin importar su edad, su condición, procedencia o género, sólo es necesario desearlo y dar el paso. ¿Es duro? Por supuesto, todo cambio nos hace temblar por el “qué vendrá después”, toda evolución es como un terremoto que remueve nuestro mundo y, en muchas ocasiones, muda las cosas de lugar, e incluso, las pierde. Pero si algo desaparece o se aleja de tu vida con la mutación, en realidad es que ya no lo necesitabas, y respiras tranquilo porque un peso te abandona para atraer aire fresco.

En mi vida han actuado toda clase de personas, desde egoístas a quienes no les importaba que les ocurriera a los demás con tal de obtener sus deseos, envidiosos que eran capaces de calumniarte y destruirte sólo por un poco más de atención, hasta ambiciosos que pueden pisotear hasta a su madre para alcanzar el poder, todos ellos personajes que nunca tienen suficiente y, al cabo de los años, reconoces en sus ojos la soledad y la infelicidad que les incita. Pero también existen personas quienes, tras haber visto su error, se han convertido en verdaderos guías y ángeles para los demás quienes, a pesar de las piedras que abarrotan su camino, no se dan por vencidos. Los primeros me han obligado a crecer, los segundos me han empujado hacia mis sueños y me han ayudado a seguir el camino alentándome a cada paso. Los necesitamos a ambos y gracias a los dos grupos somos quienes somos.

Es por ese motivo que da igual quien necesite ayuda, sea tu amigo o tu enemigo, si está en tu mano, tiéndesela. Lo más probable es que las personas del primer grupo no lo entiendan en ese momento, pero tú serás el maremoto que haga emerger a la superficie aquello que se mantenía oculto en las fosas abisales de sus almas.

No deberíamos olvidar nunca la frase que tantas veces nos han repetido nuestros mayores “de lo que se siembra se cría”. Quizá tu ayudes a alguien y este no te devuelva el favor, pero esa persona ayudará a otro y, tranquilo, cuando tú lo necesites, no faltarán manos.

Isabel del Río, Barcelona 2012



¡Un abrazo de sombras!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptarán únicamente los comentarios realizados con respeto. ¡Gracias!